Somos Volentiera

Sobre nosotros

Hacemos muebles inspirados en el día a día de las personas
UNA PASIÓN PARA VIVIRLA
Hacemos muebles inspirados en el día a día de las personas. Cada vez que pensamos y diseñamos un producto, tenemos en cuenta que éste tiene que acompañar al cliente y a su familia de lunes a lunes. En desayunos, almuerzos y cenas. Los días de sol y también esos días de lluvia en que se está todo el día en casa. Por eso, lo más importante es que funcione. Que sirva. No que las personas se adapten a nuestros muebles, sino que nuestros muebles se adapten a ellas. Porque al final de cuentas, los muebles no están hechos para mirarlos, sino para vivirlos.

NUESTROS COMIENZOS

Hector Volentiera nació el 5 de Noviembre de 1942, 42 años después de que su familia haya decido emigrar de Venecia hacia Argentina para probar fortuna instalándose en la zona rural de Cañada de Gómez. Como a muchos inmigrantes de esa época, a la familia Volentiera no le fue nada fácil instalarse y tener una economía estable. Por eso, desde chico, Héctor tuvo que trabajar para ayudar en la casa. Primero colaboró con su padre en las tareas rurales y luego trabajó como empleado en una fábrica de muebles de la zona donde fue descubriendo su pasión por el oficio de la carpintería. En 1965, al fallecer su padre, Héctor Volentiera, con sólo 22 años queda como único sostén de su familia y decide abrir su fábrica de muebles. Sin ningún capital ni inversionistas, comenzó trabajando con máquinas construidas por sus propias manos. A partir de ese momento, con mucho esfuerzo y tomando muchas decisiones correctas, Héctor y su familia comenzaron a ver el fruto de tanto trabajo. Lo que había comenzado como un pequeño galpón comenzó a transformarse en una empresa. Las incorporaciones de Gustavo, Hernán y Martín Volentiera, hijos de Héctor, fueron fundamentales para el crecimiento de la compañía ya que aportaron nueva energía y creatividad para el negocio. Actualmente, los tres hermanos coordinan en conjunto diferentes áreas de la empresa, pero con la supervisión infaltable de Héctor, padre y mentor de este histórico proyecto familiar.
UNA PASIÓN PARA VIVIRLA
Hacemos muebles inspirados en el día a día de las personas. Cada vez que pensamos y diseñamos un producto, tenemos en cuenta que éste tiene que acompañar al cliente y a su familia de lunes a lunes. En desayunos, almuerzos y cenas. Los días de sol y también esos días de lluvia en que se está todo el día en casa. Por eso, lo más importante es que funcione. Que sirva. No que las personas se adapten a nuestros muebles, sino que nuestros muebles se adapten a ellas. Porque al final de cuentas, los muebles no están hechos para mirarlos, sino para vivirlos.
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